Page 8 - Aquelarre
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desesperadamente gris; dos adolescentes extremadamente flacos
en jackets de mezclilla y con miradas hostiles; un hombre iracundo
mirando sobre su hombro mientras se aleja. En cada foto el sujeto
está a un lado de un puente y ha sido fotografiado desde el otro por
Cabeto. Son diferentes puentes: el de los Anonos, el de la pista, el
de Guadalupe.
Señalo la penúltima foto con mi uña pintada de rojo oscuro, el
mismo tono de los picos de mi peinado. En la foto no parece haber
nadie.
Cabeto señala el gato borroso, apenas visible en la esquina.
Levanto la foto para verlo mejor: casi no veo los detalles, pero
la forma del animal me da una impresión de sarna y de rabia.
La cambio por la última foto, tomada en un estrecho puente
rural en Cartago. Muestra un perro negro lanzándose hacia Cabeto
en un terrible ataque, con dientes cortando el aire y espuma
llenándole la boca. Cabeto se sonroja un poco.
-Pensé que era el Cadejos,-confiesa; -no me di cuenta de que
se me venía encima hasta que logré enfocarlo bien.
Se me sale una sonrisa, que trato de esconder. Cabeto ha
pasado años documentando cada historia de fantasmas de San
José, montando la información cuidadosamente en su mapa
interactivo de la ciudad, sin presenciar jamás ni un evento
sobrenatural en persona. Puedo imaginármelo conteniendo la
respiración, pensando que estaba a punto de capturar la leyenda
en fotos antes de darse cuenta de que se le venía encima un perro
rabioso.
-¿Y por qué lo pusiste aquí?
-Fue el único que atacó, pero estoy seguro de que los otros
también querían.
Lo dice como quien menciona un hecho cualquiera, pero de
repente me doy cuenta de que está asustado.
-¿Te parece que tienen algo contra vos? He visto gente maldita
antes, pero generalmente son ellos los que andan furiosos por la
calle, no la gente que los ve.
-No, no contra mí.
Mis ojos se encuentran con los de él, pero Cabeto parece
incapaz de sacar las palabras.
en jackets de mezclilla y con miradas hostiles; un hombre iracundo
mirando sobre su hombro mientras se aleja. En cada foto el sujeto
está a un lado de un puente y ha sido fotografiado desde el otro por
Cabeto. Son diferentes puentes: el de los Anonos, el de la pista, el
de Guadalupe.
Señalo la penúltima foto con mi uña pintada de rojo oscuro, el
mismo tono de los picos de mi peinado. En la foto no parece haber
nadie.
Cabeto señala el gato borroso, apenas visible en la esquina.
Levanto la foto para verlo mejor: casi no veo los detalles, pero
la forma del animal me da una impresión de sarna y de rabia.
La cambio por la última foto, tomada en un estrecho puente
rural en Cartago. Muestra un perro negro lanzándose hacia Cabeto
en un terrible ataque, con dientes cortando el aire y espuma
llenándole la boca. Cabeto se sonroja un poco.
-Pensé que era el Cadejos,-confiesa; -no me di cuenta de que
se me venía encima hasta que logré enfocarlo bien.
Se me sale una sonrisa, que trato de esconder. Cabeto ha
pasado años documentando cada historia de fantasmas de San
José, montando la información cuidadosamente en su mapa
interactivo de la ciudad, sin presenciar jamás ni un evento
sobrenatural en persona. Puedo imaginármelo conteniendo la
respiración, pensando que estaba a punto de capturar la leyenda
en fotos antes de darse cuenta de que se le venía encima un perro
rabioso.
-¿Y por qué lo pusiste aquí?
-Fue el único que atacó, pero estoy seguro de que los otros
también querían.
Lo dice como quien menciona un hecho cualquiera, pero de
repente me doy cuenta de que está asustado.
-¿Te parece que tienen algo contra vos? He visto gente maldita
antes, pero generalmente son ellos los que andan furiosos por la
calle, no la gente que los ve.
-No, no contra mí.
Mis ojos se encuentran con los de él, pero Cabeto parece
incapaz de sacar las palabras.