Page 21 - Telaranas
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sin episodios extraños, Kobalsky se sostuvo
nuevamente de la pared, se frotó los ojos y escuchó al
compañero de celda quejarse de la araña enorme que
flotaba en el inodoro.
De inmediato, justo cuando debió existir una
mueca de asco, se afianzó una de desesperación, y el
temido pensamiento surgió de nuevo:
“Esto ya lo viví… ¡Mierda! ¡Déjà vu!”
nuevamente de la pared, se frotó los ojos y escuchó al
compañero de celda quejarse de la araña enorme que
flotaba en el inodoro.
De inmediato, justo cuando debió existir una
mueca de asco, se afianzó una de desesperación, y el
temido pensamiento surgió de nuevo:
“Esto ya lo viví… ¡Mierda! ¡Déjà vu!”