Page 32 - Aquelarre
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de pito irrumpía el silencio con su chillido de siempre, leyó: ÉL ha
muerto. Sus restos descansan en el cementerio local.
Después de leer la noticia, pensó en lo común que era el
nombre de él, pues de casualidad alguien que se llamaba igual
había muerto en esos días. Se dirigió a la cocina, preparó café para
dos, puso más agua en la cafetera y caminó hacia la habitación con
dos tazas de café. Abrió lentamente la puerta y, mientras esta
crujía, un cuerpo en la cama se empezó a levantar. Ella se acercó…
desde la cocina, el ruido infernal de la cafetera de pito comenzaba
a taladrar su cordura.
muerto. Sus restos descansan en el cementerio local.
Después de leer la noticia, pensó en lo común que era el
nombre de él, pues de casualidad alguien que se llamaba igual
había muerto en esos días. Se dirigió a la cocina, preparó café para
dos, puso más agua en la cafetera y caminó hacia la habitación con
dos tazas de café. Abrió lentamente la puerta y, mientras esta
crujía, un cuerpo en la cama se empezó a levantar. Ella se acercó…
desde la cocina, el ruido infernal de la cafetera de pito comenzaba
a taladrar su cordura.