Page 7 - Telaranas
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El mechón rojo
José Ricardo Chaves
Debo confesar mi fascinación por el cabello
rojizo, que en su versión arquetípica va acompañado
de un cierto fenotipo o apariencia corporal dictada por
la genética: una piel blanca, pecas y un cierto hechizo
propio de los de su especie. Un pelirrojo es tan extraño
como un albino, quizá ligado más a la pasión de los
cuerpos, a la seducción y a la brujería que el segundo,
vinculado con el oráculo y la voz del destino, con la
maldición.
En la Antigüedad, en algunos pueblos, el
nacimiento de un albino se consideraba como una
mala señal, un pérfido augurio para la comunidad; y
entonces se abandonaba a la criatura en la selva o en
el mar, pues no debía ser destruida por propia mano,
José Ricardo Chaves
Debo confesar mi fascinación por el cabello
rojizo, que en su versión arquetípica va acompañado
de un cierto fenotipo o apariencia corporal dictada por
la genética: una piel blanca, pecas y un cierto hechizo
propio de los de su especie. Un pelirrojo es tan extraño
como un albino, quizá ligado más a la pasión de los
cuerpos, a la seducción y a la brujería que el segundo,
vinculado con el oráculo y la voz del destino, con la
maldición.
En la Antigüedad, en algunos pueblos, el
nacimiento de un albino se consideraba como una
mala señal, un pérfido augurio para la comunidad; y
entonces se abandonaba a la criatura en la selva o en
el mar, pues no debía ser destruida por propia mano,