Page 113 - Telaranas
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—Dicen que en Praga están las mujeres más bellas
del mundo —comentó Charley, cerrando la puerta
trasera del auto.
—Sí, y también que hacen el mejor porno —agregó
JJ, estirando el brazo para cerrar la otra puerta sin que
ésta chocara con su barriga.
Charley se volvió hacia sus dos otros
acompañantes, que se bajaban por las puertas
delanteras, y preguntó:
—¿No es cierto que uno de ustedes había
estudiado allá?
Andrey señaló con un movimiento de cabeza al
chico del lado del conductor, diciendo:
—Tres años.
Todos miraron a ese cuarto joven alto y fornido,
un poco de mayor edad que ellos, aguardando su
opinión, mientras él no dejaba de observar el rótulo
del club con el ceño fruncido (más que de costumbre).
Andrey preguntó:
—¿Tú qué dices, Tad?
Tad se tomó su tiempo y al fin contestó,
sencillamente:
—Podría ser.
Después de veinte años de amistad, Andrey sabía
que Tad no iba a decir nada más y que el Foro Mundial
sobre las Chicas y el Porno de Praga había concluido.
JJ y Charley, aunque hacía tan solo unos días que
conocían a Tad, ya empezaban a comprender esto
también, y que el silencioso y huraño amigo de Andrey
no sería conocido por ser un gran conversador. De
cualquier manera, oficialmente, el gordo JJ y Charley
eran los amigos de Andrey, no de Tad.
Tad se dirigía siempre por los rangos tajantes de
una oficialidad dictaminada por él mismo, y según
del mundo —comentó Charley, cerrando la puerta
trasera del auto.
—Sí, y también que hacen el mejor porno —agregó
JJ, estirando el brazo para cerrar la otra puerta sin que
ésta chocara con su barriga.
Charley se volvió hacia sus dos otros
acompañantes, que se bajaban por las puertas
delanteras, y preguntó:
—¿No es cierto que uno de ustedes había
estudiado allá?
Andrey señaló con un movimiento de cabeza al
chico del lado del conductor, diciendo:
—Tres años.
Todos miraron a ese cuarto joven alto y fornido,
un poco de mayor edad que ellos, aguardando su
opinión, mientras él no dejaba de observar el rótulo
del club con el ceño fruncido (más que de costumbre).
Andrey preguntó:
—¿Tú qué dices, Tad?
Tad se tomó su tiempo y al fin contestó,
sencillamente:
—Podría ser.
Después de veinte años de amistad, Andrey sabía
que Tad no iba a decir nada más y que el Foro Mundial
sobre las Chicas y el Porno de Praga había concluido.
JJ y Charley, aunque hacía tan solo unos días que
conocían a Tad, ya empezaban a comprender esto
también, y que el silencioso y huraño amigo de Andrey
no sería conocido por ser un gran conversador. De
cualquier manera, oficialmente, el gordo JJ y Charley
eran los amigos de Andrey, no de Tad.
Tad se dirigía siempre por los rangos tajantes de
una oficialidad dictaminada por él mismo, y según