Page 66 - Puntas de Iceberg
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—No importa. La verdad, definitivamente no me interesa
involucrarme con alguien así de loca. Me imagino que es el resultado
de las drogas o algo así.
—Oye, tranquilo con los drogadictos, ¿eh?
—Bueno, dejémonos de tonterías, toma la máscara, Ernest
—¿Estás seguro que debo salir desnudo?
—Ernest, por favor, ¿cuándo has visto a un diablo vestido de
uniforme y con los pantalones orinados?
—Pero, pero… es que, el cielo está claro, la luna brilla mucho; ¿si
me ven?
—¡Esa es la idea, tonto, que ella te vea y se asuste! Mira, ella está
esperando a su amado. Imagínate cuando se dé cuenta que su galán
¡es el Diablo en persona!
—Pero, me voy a resfriar. ¿No oís el viento? Suena fuerte en los
árboles y esta llovizna imperceptible, pero que moja y...
—Ya se nos puso cobarde. Sólo tienes que ir y llamarla por su
nombre con la voz más grave que puedas hacer
La inteligencia de Ernest no hallaba explicación para que se dejara
manipular por Alex y la pandilla. Había algo que lo impulsaba a hacer
una tontería tan grande, pero no sabía qué. ¿Revancha? ¿Ganas de
desquitarse por el amor no correspondido?
—Bueno, está bien, pero espero que no sea una mala idea hacer
esto, ustedes siempre me engañan.
—¡Anda de una buena vez! —Ordenó Alex con una firmeza
irresistible y luego, mientras Ernest se alejaba, susurró con una
sonrisa— ¡Estúpido!
***
—¡Carooooole! ¡Caroooole!
Ernest gritaba, tiritaba desnudo con la máscara puesta,
extrañamente bien ajustada. Carole cantó aún más fuerte, y más y
involucrarme con alguien así de loca. Me imagino que es el resultado
de las drogas o algo así.
—Oye, tranquilo con los drogadictos, ¿eh?
—Bueno, dejémonos de tonterías, toma la máscara, Ernest
—¿Estás seguro que debo salir desnudo?
—Ernest, por favor, ¿cuándo has visto a un diablo vestido de
uniforme y con los pantalones orinados?
—Pero, pero… es que, el cielo está claro, la luna brilla mucho; ¿si
me ven?
—¡Esa es la idea, tonto, que ella te vea y se asuste! Mira, ella está
esperando a su amado. Imagínate cuando se dé cuenta que su galán
¡es el Diablo en persona!
—Pero, me voy a resfriar. ¿No oís el viento? Suena fuerte en los
árboles y esta llovizna imperceptible, pero que moja y...
—Ya se nos puso cobarde. Sólo tienes que ir y llamarla por su
nombre con la voz más grave que puedas hacer
La inteligencia de Ernest no hallaba explicación para que se dejara
manipular por Alex y la pandilla. Había algo que lo impulsaba a hacer
una tontería tan grande, pero no sabía qué. ¿Revancha? ¿Ganas de
desquitarse por el amor no correspondido?
—Bueno, está bien, pero espero que no sea una mala idea hacer
esto, ustedes siempre me engañan.
—¡Anda de una buena vez! —Ordenó Alex con una firmeza
irresistible y luego, mientras Ernest se alejaba, susurró con una
sonrisa— ¡Estúpido!
***
—¡Carooooole! ¡Caroooole!
Ernest gritaba, tiritaba desnudo con la máscara puesta,
extrañamente bien ajustada. Carole cantó aún más fuerte, y más y