Page 52 - Aquelarre
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Gobi era uno de los únicos planetas que estaba todavía intacto,
pues había logrado mantenerse al margen precisamente porque la
guerra se concentraba en el centro de la galaxia. Zeim había
regresado de inmediato para encontrarse con los jefes de las
principales ciudades. Había pensado mucho en su planeta
mientras estuvo lejos, aunque jamás pensó que éste pudiera
cambiar tanto, en especial habiendo regresado antes de lo previsto.
La tecnología rudimentaria se había convertido en una enorme
maquinaria industrial que había producido millones de nuevos
inventos, transformando todo lo que había creado.
La vista de aquel imperio lo conmovió de tal forma que, por un
instante, olvido completamente la guerra; estaba orgulloso del
desarrollo alcanzado por los Gobis. Tampoco pudo evitar
emocionarse cuando descubrió que nunca lo habían olvidado, pues
las calles estaban llenas de estaturas semejantes a él, y la gente se
congregaba en lugares especiales dedicados a su imagen, donde
pedían por su regreso. Zeim se enteró, entonces, que poco después
de que él se marchara, los Gobis se sintieron solos y abandonados,
de modo que comenzaron a idear maneras de salir del planeta,
atravesando las nubes.
Algunas generaciones después, lograron desarrollar la
tecnología necesaria para construir naves espaciales y llegar a él.
Cuando finalmente lograron salir del planeta, se enamoraron de
las estrellas y quisieron explorar el espacio; eventualmente
descubrieron que existía de vida en otros planetas, y entraron en
contacto con varios mundos vecinos.
Era lógico para Zeim que los Gobis encontraran fascinante
conocer la vida en otros planetas, eran una raza curiosa por
naturaleza. Sin embargo, ninguna otra contaba con el potencial de
sus criaturas, y mucho menos con el conocimiento que él les había
proporcionado; por eso no se sorprendió cuando supo que fueron
rechazados en la mayoría de los mundos, en ocasiones de manera
violenta. Según los registros históricos, fueron pocos los planetas
que se mostraron accesibles, aunque las negociaciones se
mantuvieron poco tiempo, pues pronto se mostraron
particularmente interesados en su tecnología y quisieron tomarla
por la fuerza. Después de varios intentos de entablar relaciones con
pues había logrado mantenerse al margen precisamente porque la
guerra se concentraba en el centro de la galaxia. Zeim había
regresado de inmediato para encontrarse con los jefes de las
principales ciudades. Había pensado mucho en su planeta
mientras estuvo lejos, aunque jamás pensó que éste pudiera
cambiar tanto, en especial habiendo regresado antes de lo previsto.
La tecnología rudimentaria se había convertido en una enorme
maquinaria industrial que había producido millones de nuevos
inventos, transformando todo lo que había creado.
La vista de aquel imperio lo conmovió de tal forma que, por un
instante, olvido completamente la guerra; estaba orgulloso del
desarrollo alcanzado por los Gobis. Tampoco pudo evitar
emocionarse cuando descubrió que nunca lo habían olvidado, pues
las calles estaban llenas de estaturas semejantes a él, y la gente se
congregaba en lugares especiales dedicados a su imagen, donde
pedían por su regreso. Zeim se enteró, entonces, que poco después
de que él se marchara, los Gobis se sintieron solos y abandonados,
de modo que comenzaron a idear maneras de salir del planeta,
atravesando las nubes.
Algunas generaciones después, lograron desarrollar la
tecnología necesaria para construir naves espaciales y llegar a él.
Cuando finalmente lograron salir del planeta, se enamoraron de
las estrellas y quisieron explorar el espacio; eventualmente
descubrieron que existía de vida en otros planetas, y entraron en
contacto con varios mundos vecinos.
Era lógico para Zeim que los Gobis encontraran fascinante
conocer la vida en otros planetas, eran una raza curiosa por
naturaleza. Sin embargo, ninguna otra contaba con el potencial de
sus criaturas, y mucho menos con el conocimiento que él les había
proporcionado; por eso no se sorprendió cuando supo que fueron
rechazados en la mayoría de los mundos, en ocasiones de manera
violenta. Según los registros históricos, fueron pocos los planetas
que se mostraron accesibles, aunque las negociaciones se
mantuvieron poco tiempo, pues pronto se mostraron
particularmente interesados en su tecnología y quisieron tomarla
por la fuerza. Después de varios intentos de entablar relaciones con