Page 81 - Puntas de Iceberg
P. 81
De todas maneras, apoyar esta guerra fue una mala idea. Enkel
piensa que tú eres el culpable, al dar el poder al Leiter en lugar de
controlarlo. Su locura nos ha hecho daño, por eso la guerra, y el
Leiter, deben acabar.
—¿De qué hablas? ¿Daño? Que yo sepa no tenemos bajas.
—El Leiter, en su exterminio, ha eliminado a cientos de niños.
Dieciséis nuevas razas fantásticas han sido eliminadas ya. Nunca
existirán.
—En toda guerra hay daños colaterales.
—Sí, pero esos daños son insoportables cuando los sufre tu lado,
tu mismo mundo. ¡No es nuestra guerra!
—No lo es, pero tomamos partido. Es el típico pensamiento del
que adopta un lado para militar en él. El otro lado sufre igual, la
misma muerte en olvido, pero esa no importa, solo importa la del
lado propio. Te importa la no creación de las razas, pero no la
muerte de los niños ¿Cierto?
—La muerte importa y mucho. No te imaginas cuánto. La muerte
de algunos, aunque no esté ligada a tu triunfo o a la vida de tu lado,
puede ser muy importante. Las muertes deben ser planificadas y
nunca pueden ser la primera opción.
—En eso tienes razón, mi amigo grifo. El caso ideal es aquel
donde no hay muerte. Pero ese caso no existe. Siempre hay maldad
que la provoca. Mucha maldad, más en el humano.
—Si hay tanta maldad, ningún humano debe tener poder para
explotarla. Y tú le diste ese poder al Leiter.
—En cierto modo eso es verdad, pero no le he dado maldad. Yo
potencio lo que ya está ahí. Este hombre tenía ya el poder de
convencer. Le he incrementado el poder de hacer que los demás
potencien lo que sienten. Solo lo mejoré para que, lo que hacía con
sus amigos, lo hiciera en masa. Por otro lado, la maldad es parte de
los humanos, solo necesitan una excusa para nutrirla. Muchos han
piensa que tú eres el culpable, al dar el poder al Leiter en lugar de
controlarlo. Su locura nos ha hecho daño, por eso la guerra, y el
Leiter, deben acabar.
—¿De qué hablas? ¿Daño? Que yo sepa no tenemos bajas.
—El Leiter, en su exterminio, ha eliminado a cientos de niños.
Dieciséis nuevas razas fantásticas han sido eliminadas ya. Nunca
existirán.
—En toda guerra hay daños colaterales.
—Sí, pero esos daños son insoportables cuando los sufre tu lado,
tu mismo mundo. ¡No es nuestra guerra!
—No lo es, pero tomamos partido. Es el típico pensamiento del
que adopta un lado para militar en él. El otro lado sufre igual, la
misma muerte en olvido, pero esa no importa, solo importa la del
lado propio. Te importa la no creación de las razas, pero no la
muerte de los niños ¿Cierto?
—La muerte importa y mucho. No te imaginas cuánto. La muerte
de algunos, aunque no esté ligada a tu triunfo o a la vida de tu lado,
puede ser muy importante. Las muertes deben ser planificadas y
nunca pueden ser la primera opción.
—En eso tienes razón, mi amigo grifo. El caso ideal es aquel
donde no hay muerte. Pero ese caso no existe. Siempre hay maldad
que la provoca. Mucha maldad, más en el humano.
—Si hay tanta maldad, ningún humano debe tener poder para
explotarla. Y tú le diste ese poder al Leiter.
—En cierto modo eso es verdad, pero no le he dado maldad. Yo
potencio lo que ya está ahí. Este hombre tenía ya el poder de
convencer. Le he incrementado el poder de hacer que los demás
potencien lo que sienten. Solo lo mejoré para que, lo que hacía con
sus amigos, lo hiciera en masa. Por otro lado, la maldad es parte de
los humanos, solo necesitan una excusa para nutrirla. Muchos han