Page 35 - Puntas de Iceberg
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está cubierta toda de pelo laaargo, largo, y pa asombrarlo –deduzco

que significa asustar–solo saca las manos huesudas con semerendas

uñotas negras y se comienza a apartar el pelo de la cara, asííí, y ahí se
le pueden ver las patas de pollo que tiene y la cara arrugadititica y

fea, que se la tapa con el tule que’anda en la cabeza y el pelo largo.
Como ella ya no pudo jugar con los niños, a veces se los lleva,

pa´jugar con ellos y luego los pierde, como hacen las brujas. Muchas
veces, cuando nos levantábamos encontrábamos la ceniza del fogón

toda regada y marcas de uñas en los tizones; y es que ella come

ceniza, porque siempre anda vomitando hormigas y hormigas y
pa´quitarse el mal sabor de boca porque solo la ceniza le sirve...

***


Por un momento me conmovió el triste destino de la Tulivieja.
¿Era su pereza merecedora de tanto castigo? No, fue su irrespeto a la

madre, a los mayores. Me quedo pensativo hasta que veo que la
ardilla cae en la cabeza del chiquillo y este cae, a su vez, sentado en

la acera. Escucho otro sorbo de café y reacciono con una pregunta.

—Ajá, mita, y esa historia de la Tulivieja ¿qué tiene que ver con la

ardilla y el palo de almendras?

—Diay muchacho, que la Tulivieja duerme en los palos, en las

copas, y cuando uno pasa por debajo de un palo, hay que tener
cuidado, más si es un camino sólido y en el campo, puede ser que ahí

este la Tulivieja durmiendo y si se despierta, lo puede asombrar...
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