Page 101 - Telaranas
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Groaza
Por Eduardo A. Bolaños Vargas
Caminaba un día por las cercanías de la Iglesia de
San Isidro de Coronado cuando vi algo que me llamó
la atención. Disimuladas entre la gente del pueblo,
había muchas personas de edad avanzada cuya
vestimenta me resultó muy peculiar. Las señoras
vestían largas faldas negras que se bamboleaban al
viento, blusas marrones y rojas con bordados y encajes
exagerados en el pecho, el cuello y los hombros. Las
mangas largas de sus vestidos concluían con botones
perlados que las cerraban fuertemente a la altura de
las muñecas. Y usaban velos oscuros sobre sus
cabezas.
Junto a las damas caminaban sendos señores de
camisas grises y negras, sin bolsas ni arreglos más que
los botones. Vestían todos pantalones de un color
Por Eduardo A. Bolaños Vargas
Caminaba un día por las cercanías de la Iglesia de
San Isidro de Coronado cuando vi algo que me llamó
la atención. Disimuladas entre la gente del pueblo,
había muchas personas de edad avanzada cuya
vestimenta me resultó muy peculiar. Las señoras
vestían largas faldas negras que se bamboleaban al
viento, blusas marrones y rojas con bordados y encajes
exagerados en el pecho, el cuello y los hombros. Las
mangas largas de sus vestidos concluían con botones
perlados que las cerraban fuertemente a la altura de
las muñecas. Y usaban velos oscuros sobre sus
cabezas.
Junto a las damas caminaban sendos señores de
camisas grises y negras, sin bolsas ni arreglos más que
los botones. Vestían todos pantalones de un color