Page 99 - Telaranas
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calentaba el lugar de una forma muy agradable. En un
instante, la nube se empezó a contraer y a formar una

pequeña esfera no más grande que un balón de futbol,
y dejaba caer cenizas de su interior. Se estaba

consumiendo desde adentro. En el aire sólo quedó un

punto diminuto que liberó un destello que cubrió gran
parte de la sala y el pasillo con su luz cegadora. En ese

momento, escuché algo que no voy a poder olvidar
jamás: “El juicio ha dado inicio, nadie será absuelto.

Sólo las almas purgadas en su propia sangre
ascenderán a la verdad”.

La luz desapareció, al igual que el punto que

flotaba en el aire; en la habitación quedaron sólo los
cuerpos carbonizados de los médicos, y en la camilla

donde había permanecido Estela los últimos días,
había un diseño que parecía hecho con tizones: un

círculo inscrito dentro de otro, atravesado por tres
triángulos equiláteros que señalaban hacia un punto

en el centro de los círculos; y alrededor de este
símbolo, un mensaje escrito con la letra de mi

hermana: “Papá, te estaré esperando, serás parte de la
verdad”.
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