Page 125 - Telaranas
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chiKa y de pronto parecía ya no estar detrás de ellA,
sino ser ellA, manando los haCes de láSer de ellA, y
que ellA parecía ser más grande y más alta de lo que
era en realidad?; ¿o era la forma en que movía los
brazos y el cabello, haciendo que parecieran más
largos?
¿O eran las luCes?
¿O era el alKohol?
¿O era simplemente GoLdi?
¡SimpLemente GoLdi!
Charley también fue abordado por su chica
especial, que cambió su uniforme de policía por un
corto vestidito negro de una sola pieza bien ajustado a
su figura y que abarcaba desde la mitad ecuatorial de
sus pechos hasta la mitad ecuatorial de sus glúteos.
Ella se acercó a su predeterminado cliente, se inclinó
como solo ellas saben hacerlo, y preguntó:
—¿Quieres bailar... o quieres que te baile?
Se irguió de nuevo y dejó que Charley admirase la
abundante piel de sus piernas, su pecho y su rostro,
exquisitamente pálida y acentuada por el negro del
atuendo y el negro de la cabellera suelta a su libre
albedrío. Las luces del salón también hicieron su
trabajo, separándola bien de la penumbra;
delineándola, recortándola. Sin siquiera consultar el
precio ni las condiciones, Charley dejó su silla, la tomó
de la mano y se la llevó al mezanine.
Y ahora, Praga Night Club, su exclusivo centro de
diversión nocturna, se complace en ofrecer a nuestro
selecto público su inigualable Show de Medianoche,
con las Gemelas del Atacama: ¡Kiiiiim...! ¡Y
Sofíaaaaa!
sino ser ellA, manando los haCes de láSer de ellA, y
que ellA parecía ser más grande y más alta de lo que
era en realidad?; ¿o era la forma en que movía los
brazos y el cabello, haciendo que parecieran más
largos?
¿O eran las luCes?
¿O era el alKohol?
¿O era simplemente GoLdi?
¡SimpLemente GoLdi!
Charley también fue abordado por su chica
especial, que cambió su uniforme de policía por un
corto vestidito negro de una sola pieza bien ajustado a
su figura y que abarcaba desde la mitad ecuatorial de
sus pechos hasta la mitad ecuatorial de sus glúteos.
Ella se acercó a su predeterminado cliente, se inclinó
como solo ellas saben hacerlo, y preguntó:
—¿Quieres bailar... o quieres que te baile?
Se irguió de nuevo y dejó que Charley admirase la
abundante piel de sus piernas, su pecho y su rostro,
exquisitamente pálida y acentuada por el negro del
atuendo y el negro de la cabellera suelta a su libre
albedrío. Las luces del salón también hicieron su
trabajo, separándola bien de la penumbra;
delineándola, recortándola. Sin siquiera consultar el
precio ni las condiciones, Charley dejó su silla, la tomó
de la mano y se la llevó al mezanine.
Y ahora, Praga Night Club, su exclusivo centro de
diversión nocturna, se complace en ofrecer a nuestro
selecto público su inigualable Show de Medianoche,
con las Gemelas del Atacama: ¡Kiiiiim...! ¡Y
Sofíaaaaa!