Page 124 - Telaranas
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tormenta; con un largo y sencillo vestido blanco
semitransparente con bordes dorados que hacían

chispear su melena rubia.
—¿Te pregunto si quieres bailar? —preguntó.

—Claro que no —contestó Andrey, levantándose

de la silla.
Bailaron con un remix de Dermeister, de

Rammstein, y se unieron al bosque, a la tormenta, a la
masa de cuerpos sudorosos e intermitentes,

frotándose él contra ella, y ambos contra todos los
demás; ella desaparecía a veces entre la penumbra y

las luces, pero siempre volvía a aparecer, y Andrey la

reconocía por sus ojos y su cabello; bailaban pegados
y húmedos durante algunos instantes, sintiendo él los

bultos de ella, y ella los de él, y los dos los de todos los
demás; sintiendo él en su mejilla el sudor de la de ella,

y ella en la suya el de la de él, y los dos el de las de
todos los demás; y luego ella se separaba y giraba

alrededor de él como un tornado en miniatura, como
un trompo, como una moneda... ¿una moneda?, ¡sí,

esa era la mejor comparación!, una moneda, porque
brillaba, y parecía arrastrar consigo a las luces...

¿arrastrar consigo a las luces?, ¡sí, las arrastraba!;

como si los rayos láser y los haces de diferentes colores
fueran serpentinas que se quedaban enrolladas

alrededor de ella, girando con ella y haciendo un
remolino; todas esas luces que lo tenían aturdido,

atUrdido, atUrdiDo... ¿o era el alKohol?; tenía que ser
el alKohol, ya había tomado más de lo que había

planeado; pero, aún así, ¿qué pasaba con las luCes?,

¿qué sentía Andrey extraño en ellAs?; ¿que parecían
serPentiNas?, ¿que parecían pláStiKas?, ¿que giraban

alrededor de GoLdi?, ¿que bailaban con ellA?, ¿que
había una flor de haCes de láSer girando detrás de la
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