Page 147 - Telaranas
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muebles y se lanzaban contra el gentío con las manos
abiertas y las uñas como garras de halcones.
Un hombre de saco y corbata, un abogado, vio un
chorro de sangre salpicando el mantel de su mesa;
volteó a su derecha,
el cuello de un sujeto había sido abierto en
perfecta línea recta;
una chica sonreía junto a él,
sonreía,
sus uñas goteaban,
su barbilla goteaba,
goteaban sangre;
sujetaba el cabello del tipo y le torcía la cabeza
hacia atrás, para abrirle más el corte del cuello;
para abrir la piel,
para abrir la carne;
el abogado gritó,
se levantó,
corrió,
no llegó muy lejos...
Una chica, una cliente, estudiante de Medicina,
bisexual, gritó al ver a uno de los tipos de seguridad
mostrándole sus colmillos largos;
sus colmillos,
sus dientes salidos,
sus dientes apiñados,
sus ojos en blanco...
Alguien corría en sus cuatro extremidades como
un animal,
tirando sillas,
mesas,
gente a su paso,
todo a su paso;
alguien grande y musculoso,
abiertas y las uñas como garras de halcones.
Un hombre de saco y corbata, un abogado, vio un
chorro de sangre salpicando el mantel de su mesa;
volteó a su derecha,
el cuello de un sujeto había sido abierto en
perfecta línea recta;
una chica sonreía junto a él,
sonreía,
sus uñas goteaban,
su barbilla goteaba,
goteaban sangre;
sujetaba el cabello del tipo y le torcía la cabeza
hacia atrás, para abrirle más el corte del cuello;
para abrir la piel,
para abrir la carne;
el abogado gritó,
se levantó,
corrió,
no llegó muy lejos...
Una chica, una cliente, estudiante de Medicina,
bisexual, gritó al ver a uno de los tipos de seguridad
mostrándole sus colmillos largos;
sus colmillos,
sus dientes salidos,
sus dientes apiñados,
sus ojos en blanco...
Alguien corría en sus cuatro extremidades como
un animal,
tirando sillas,
mesas,
gente a su paso,
todo a su paso;
alguien grande y musculoso,