Page 142 - Telaranas
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la tarima central, las gemelas se divertían a costa de
JJ, pasándole el vibrador por la cara.
Mónica logró contestar:
—Es nuestra... nuestra fiesta...
Tad la soltó y ella cayó tosiendo a sus pies.
Mientras era ayudada por sus dos asistentes, él
observó a través del ventanal, con aquel rostro
granítico finalmente acometido por una emoción
oscura que no era miedo, sino algo inmediatamente
posterior.
Vio a JJ en la tarima, lamiendo el vibrador a
petición de las gemelas.
Vio a las gemelas.
Vio a las meseras.
Vio a las chicas por todos lados.
Vio a los gorilas de seguridad.
Vio a la masa de la clientela...
Y no logró ver a Andy.
Salió corriendo de la oficina, mientras Mónica
decía:
—Ya es tarde, querido...
Pero ese “querido” no sonó con la picardía que era
de esperarse.
—¡Ya es tarde...!
Tad bajó las escaleras en tres saltos y volvió al
gran salón.
Oficialmente, Charley y JJ le valían un demonio;
pero Andrey...
¡¿Dónde rayos estaba Andrey?!
Tad tomó una botella de vodka grande y vacía, al
pasar junto a una de las barras; le quebró la boquilla
golpeándola contra un borde filoso y caminó entre la
JJ, pasándole el vibrador por la cara.
Mónica logró contestar:
—Es nuestra... nuestra fiesta...
Tad la soltó y ella cayó tosiendo a sus pies.
Mientras era ayudada por sus dos asistentes, él
observó a través del ventanal, con aquel rostro
granítico finalmente acometido por una emoción
oscura que no era miedo, sino algo inmediatamente
posterior.
Vio a JJ en la tarima, lamiendo el vibrador a
petición de las gemelas.
Vio a las gemelas.
Vio a las meseras.
Vio a las chicas por todos lados.
Vio a los gorilas de seguridad.
Vio a la masa de la clientela...
Y no logró ver a Andy.
Salió corriendo de la oficina, mientras Mónica
decía:
—Ya es tarde, querido...
Pero ese “querido” no sonó con la picardía que era
de esperarse.
—¡Ya es tarde...!
Tad bajó las escaleras en tres saltos y volvió al
gran salón.
Oficialmente, Charley y JJ le valían un demonio;
pero Andrey...
¡¿Dónde rayos estaba Andrey?!
Tad tomó una botella de vodka grande y vacía, al
pasar junto a una de las barras; le quebró la boquilla
golpeándola contra un borde filoso y caminó entre la