Page 144 - Telaranas
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—¡Ooooooooooh, raaaayos...!
En la tarima, la gemela señaló al público un
pequeño botón en la base del vibrador, y lo oprimió.
Como en una navaja, cuatro hojas metálicas
saltaron a los lados del vibrador.
Como en una navaja.
Cuatro hojas como de navaja.
Cuatro cuchillas curvas, como garfios.
Y estaban ensangrentadas.
La música cesó, y parte del público dejó de
aplaudir y silbar y gritar.
Silencio...
JJ, siempre con aquella mirada perdida, torció la
cabeza como si no pudiera sostenerla, y un chorro de
sangre se escurrió entre sus labios.
—Ahora te toca a ti... —dijo Goldi, apartándose
del cuello de Andrey, con los dientes oscurecidos.
Se abrió un tajo en su propia muñeca con un
rápido pase de uñas, y la sangre manó copiosamente.
Charley cerró los ojos y se retorció de placer.
Su vientre saltaba.
Sentía oleadas de una senZación solo comparable
a la del semen fluyendo dentro de su pene; pero esta
vez parecía como si fluyera por el interior de todo su
cuerpo, como si se hubiera convertido todo él en un
pene gigante.
Goldi acercó su muñeca a la boca de Andrey.
¡Jajajajaja, un pene gigante! —pensó Charley, en
medio de su orgaZmo.
¡Un pene gigante!
¡Soy un peNe giGante!
¡Jajajajaja...!
Y eyaculó.
En la tarima, la gemela señaló al público un
pequeño botón en la base del vibrador, y lo oprimió.
Como en una navaja, cuatro hojas metálicas
saltaron a los lados del vibrador.
Como en una navaja.
Cuatro hojas como de navaja.
Cuatro cuchillas curvas, como garfios.
Y estaban ensangrentadas.
La música cesó, y parte del público dejó de
aplaudir y silbar y gritar.
Silencio...
JJ, siempre con aquella mirada perdida, torció la
cabeza como si no pudiera sostenerla, y un chorro de
sangre se escurrió entre sus labios.
—Ahora te toca a ti... —dijo Goldi, apartándose
del cuello de Andrey, con los dientes oscurecidos.
Se abrió un tajo en su propia muñeca con un
rápido pase de uñas, y la sangre manó copiosamente.
Charley cerró los ojos y se retorció de placer.
Su vientre saltaba.
Sentía oleadas de una senZación solo comparable
a la del semen fluyendo dentro de su pene; pero esta
vez parecía como si fluyera por el interior de todo su
cuerpo, como si se hubiera convertido todo él en un
pene gigante.
Goldi acercó su muñeca a la boca de Andrey.
¡Jajajajaja, un pene gigante! —pensó Charley, en
medio de su orgaZmo.
¡Un pene gigante!
¡Soy un peNe giGante!
¡Jajajajaja...!
Y eyaculó.