Page 59 - Telaranas
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de Tomás; solo una cama, junto a ella una mesa
pequeña, una silla y un escritorio. Parecía que en el
tiempo que había estado fuera de la ciudad, el Tomás
divertido se había marchado.
Cuando iba saliendo de la habitación, el reloj de
pared cayó al piso, y al ir Marcos a recogerlo,
descubrió una nota pegada detrás. Estaba firmada
por Tomás y narraba cómo hacía un mes él había
tenido un sueño bastante similar al de Marcos, y
cómo esa criatura, a la que decidió llamar “Intruso”,
había comenzado a acecharlo en la realidad,
haciéndose cada vez más real a medida que él se
debilitaba.
Marcos leyó la nota de principio a fin, hasta que
comprendió su gran error, un error que
probablemente le costaría su vida... Tomás explicaba
que al parecer el Intruso no quería en sí a Tomás,
sino que buscaba llegar a Marcos...
"…salvarlo de Santa Lucía", leyó específicamente
en la nota.
—Eso explica lo de tu testamento, amigo mío —
susurró Marcos, mientras ponía la nota en el
escritorio de la habitación.
Los días pasaron y Marcos no podía comer o
dormir. Al mismo tiempo, sentía que la debilidad de
la que hablaba Tomás se apoderaba de su ser. Su
desesperación aumentaba con cada minuto. No
quería salir del apartamento, se quedaba todo el día
cobijado en un rincón, mirando el reloj que se había
roto y que había quedado detenido en las 2:55am.
La desesperación lo estaba volviendo loco, el
constante goteo del fregadero de la cocina era lo
único que escuchaba desde que había regresado del
sueño. Ni una llamada, mensaje o signo de vida de
pequeña, una silla y un escritorio. Parecía que en el
tiempo que había estado fuera de la ciudad, el Tomás
divertido se había marchado.
Cuando iba saliendo de la habitación, el reloj de
pared cayó al piso, y al ir Marcos a recogerlo,
descubrió una nota pegada detrás. Estaba firmada
por Tomás y narraba cómo hacía un mes él había
tenido un sueño bastante similar al de Marcos, y
cómo esa criatura, a la que decidió llamar “Intruso”,
había comenzado a acecharlo en la realidad,
haciéndose cada vez más real a medida que él se
debilitaba.
Marcos leyó la nota de principio a fin, hasta que
comprendió su gran error, un error que
probablemente le costaría su vida... Tomás explicaba
que al parecer el Intruso no quería en sí a Tomás,
sino que buscaba llegar a Marcos...
"…salvarlo de Santa Lucía", leyó específicamente
en la nota.
—Eso explica lo de tu testamento, amigo mío —
susurró Marcos, mientras ponía la nota en el
escritorio de la habitación.
Los días pasaron y Marcos no podía comer o
dormir. Al mismo tiempo, sentía que la debilidad de
la que hablaba Tomás se apoderaba de su ser. Su
desesperación aumentaba con cada minuto. No
quería salir del apartamento, se quedaba todo el día
cobijado en un rincón, mirando el reloj que se había
roto y que había quedado detenido en las 2:55am.
La desesperación lo estaba volviendo loco, el
constante goteo del fregadero de la cocina era lo
único que escuchaba desde que había regresado del
sueño. Ni una llamada, mensaje o signo de vida de