Page 53 - Puntas de Iceberg
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— ¿Estás intentando

engañar al destino? ¡Pobre

iluso! ¿Cree que con esa tonta
jugarreta de pedir a su esposa

que pierda el vuelo que la trae
a casa puede librarla de su

destino? Recuerde, doctor
Soto, yo simplemente defino

el destino, aunque la gente

quiera ir en contra mío
haciendo cosas tontas,

siempre terminan haciendo lo
que deben.

—No…no lo entiendo,

¿cómo hace esto? El cable está

desconectado, ¡cómo diablos
me está hablando por

teléfono!

—Doctor Soto, los teléfonos
son aparatos interesantes.

Abren líneas de comunicación

con otros lugares. Solo se ocupa que la señal llegue al auricular, no
importa de dónde. Usted sigue creyendo que hay un auricular al otro

lado de la línea, ¿verdad?

— ¡Maldito! ¡Imbécil! No le va a salir la jugarreta, yo sé cuidar a

mis tesoros…

— ¿Diciéndoles de forma histérica que no vuelen? ¿Cuánta
confianza cree que su esposa le tiene a usted? ¿Realmente cree que

ella le hará caso, a un marido que parecía un loco llorando y diciendo

tonterías? ¿No se preguntará ella si esto no es más bien una
manifestación de su fobia a volar? ¡Ah! Cierto, usted cree haberla

engañado con la mentira de la fobia… ¿Realmente creerá ella eso?
¿Sabrá ella la verdad sobre usted? No me sorprendería que quisiera
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