Page 46 - Telaranas
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La última palabra se escuchó más fuerte que las
demás, y las paredes de la casa se volvieron como olas

y se replegaron sobre todo el vecindario, el distrito y la
ciudad, llevándose a los seres y a las cosas hacia una

región distante. De cerca vio perfilarse una recámara

con ambiente confortable, y más lejos, las oscuras
barracas de los prisioneros, y más lejos aún, las

torretas de los guardias y los reflectores lanzando su
iris maligno sobre las calles de arena y las puertas

cerradas. Le llegó una fragancia a vino, a comida
recién salida del horno. De un gramófono salía una




















































conocida partitura. El Comandante, que había surgido

de las sombras con una dominante sonrisa, lo estaba
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